Presentación del rosario
Un poco de historia
El rosario es una forma de oración repetitiva apareció el siglo XII. Fue predicado por Dominique de Guzmán (1170-1221), el fundador de la Orden Dominicana, para honrar los quince misterios más importantes de la vida de Jesús y María. La práctica de la meditación durante la oración del "Ave María" se atribuye a Domingo de Prusia (1382–1460), un monje cartujo de Trier que lo llamó "Rosario de la Vida de Jesús". Él agregó una oración a cada una de las 50 Ave Marías, usando citas de las escrituras. En 1569, la bula papal "Consueverunt Romani Pontifices" del Papa dominico Pío V estableció oficialmente la devoción al rosario en la Iglesia Católica. Estableció un estándar de tres series de misterios : misterios gozosos, dolorosos y gloriosos. En 2002, el Papa San Juan Pablo II a incorparado al rosario los misterios luminosos.
El interés de rezar el rosario
Estos pasajes de la vida de Cristo se llaman misterios, no porque sean eventos desconocidos o enigmáticos en su vida, sino porque son momentos particulares que nos revelan quién es él, y su amor por nosotros, y el La iglesia nos invita a meditar sobre ellos de una manera particular.
Debemos insistir en este punto: la práctica del rosario, por lo tanto, no consiste tanto en recitar un número estatutario de pater y Ave, sino sobre todo en contemplar la vida, entender la enseñanza, y aceptar el amor y la muerte del Cristo para nosotros. En este sentido, la recitación del rosario es profundamente cristocéntrica.
Así, Juan Pablo II escribe en la Carta apostólica Rosarium Virginis Mariae:
El Rosario, en efecto, aunque se distingue por su carácter mariano, es una oración centrada en la cristología. En la sobriedad de sus partes, concentra en sí la profundidad de todo el mensaje evangélico, del cual es como un compendio. En él resuena la oración de María, su perenne Magnificat por la obra de la Encarnación redentora en su seno virginal. Con él, el pueblo cristiano aprende de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor.
Mediante el Rosario, el creyente obtiene abundantes gracias, como recibiéndolas de las mismas manos de la Madre del Redentor.
Así, Saint Louis Marie Grignion de Montfort escribe en
El secreto admirable del Santísimo Rosario para convertirse y salvarse Capítulo 22:
[65]San Gregorio de Nisa dice gráficamente que somos pintores. Nues tra alma es el lienzo sobre el cual debemos aplicar el pincel; las virtudes son los colores que deben prestarle belleza; y el original que debemos copiar es Jesucristo, imagen viva que representa perfectamente al Padre eterno. De modo que, así como un pintor, para hacer un retrato al natural, pone el original ante sus ojos y a cada pincelada vuelve a mirarlo, del mismo modo el cristiano debe tener siempre ante sus ojos la vida y las virtudes de Jesu cristo, para no decir, hacer ni pensar nada sino conforme a Él.
[66].Para ayudarnos en la obra importante de nuestra predestinación, la Santísima Virgen ordenó a Santo Domingo exponer a los fieles que recen el Rosario los misterios sagrados de la vida de Jesucristo, no solamente para que le adoren y glorifiquen, sino principalmente para que regulen su vida y sus acciones con sus virtudes.
Ahora, ¿qué sabemos con certeza sobre la vida de Jesucristo, sino lo que nos dicen los Evangelios? Por lo tanto, le sugerimos que lea un breve extracto de los Evangelios antes de cada "Ave María". Hemos tomado extractos que nos parecen corresponder lo más posible a los misterios meditados. Los hemos agrupado en un pequeño folleto que puede consultar o descárguelo gratis aquí . Para cada uno de los rosarios, hemos hecho un video que encontrará en la barra de navegación en la parte superior de esta página.
Se podrían haber hecho otras elecciones. Alentamos a todos a sumergirse en los evangelios y a tomar sus propias selecciones, rezando para que el Espíritu Santo vos guíe. Por lo tanto, el Rosario consiste en meditar 20 eventos de la vida terrenal de Jesucristo que nos revelan quién es y cuánto nos ama. Estos eventos se agrupan en cuatro rosarios de cinco misterios.
Como rezar el rosario
1. Hacer el signo de la cruz y rezar el símbolo de los apóstoles
2. Rezar el Padre nuestro Rezar 3 Ave marías por fe, esperanza y caridad y Gloria.
4. Anunciar el primer misterio. Rezar el Padre nuestro.
5. Rezar 10 Avemarías meditando sobre el misterio.
6. Rezar un gloria
7. Anunciar el próximo misterio . Rezar el Padre nuestro y repita los pasos 5 y 6
8. Haz lo mismo para los misterios restantes
9. termina el rosario con el signo de la cruz y rezar “ Oh Jesús mío” y “Ôh María, sin pecado concebida”
Las oraciones del rosario
La señal de la Cruz
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.
Credo de los Apóstoles:
Creo en Dios, Padre todopoderoso, creador del Cielo y de la Tierra.
Creo en Jesucristo su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está a la diestra de Dios Padre; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, la comumión de los Santos en el perdon de los pecados la resurrección de los muertos y la vida eterna.
Amen.
Padre nuestro:
Padre nuestro, que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.
Amen.
Dios te salve, María
Dios te salve, María. Llena eres de gracia: El Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres. Y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amen.
Gloria
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amen.
Oh Jesús mío
Oh mi Jesús, perdónanos nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva todas las almas al cielo, especialmente las mas necesitadas de tu misericordia. Amen.
De la Capilla Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa (paris 1830)
Ôh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti.