Amo Ergo Sum
sitio web dedicado a la meditación de los misterios del Rosario
223. ¡Oh Sabiduría eterna y encarnada, oh amabilísimo y adorable Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, Hijo único del Padre eterno y de María, siempre Virgen! Te adoro profundamente en el seno y esplendores del Padre, durante la eternidad, y en el seno virginal de María, tu dignísima Madre, en el tiempo de la encarnación. Te doy gracias por haberte anonadado, tomando forma de esclavo para liberarme de la cruel esclavitud del demonio.
Te alabo y glorifico por haberte sometido libremente y en todo a María, tu Madre santísima, para hacerme por Ella tu esclavo fiel. Pero, ¡ay! Ingrato e infiel como soy, no he cumplido contigo los votos y promesas que tan solemnemente te hice en el bautismo, no hecumplido mis obligaciones ni merezco llamarme hijo ni esclavo tuyo.
Y no habiendo en mí nada que no merezca tu cólera y rechazo, no me atrevo a acercarme por mí mismo a tu santísima y augusta Majestad. Por ello, acudo a la intercesión y misericordia de tu santísima Madre. Tú me la has dado como Mediadora ante ti. Yo espero alcanzar de ti, por mediación suya, la contrición y el perdón de mis pecados y la adquisición y conservación de la Sabiduría.
224. Te saludo, pues, ¡oh María inmaculada!, tabernáculo viviente de la divinidad, en donde la Sabiduría eterna, escondida, quiere ser adorada por ángeles y hombres. Te saludo, ¡oh Reina del Cielo y de la tierra! A tu imperio está sometido cuanto hay debajo de Dios. Te saludo, ¡oh Refugio seguro de los pecadores!; todos experimentan tu gran misericordia. Atiende mis deseos de alcanzar la divina Sabiduría, y recibe para ello los votos y ofrendas que en mi bajeza te vengo a presentar.
225. Yo, N.N., pecador infiel, renuevo y ratifico hoy en tus manos los votos de mi bautismo; renuncio para siempre a Satanás, a sus pompas y a sus obras, y me consagro totalmente a Jesucristo, la Sabiduría encarnada, para llevar mi cruz en su seguimiento todos los días de mi vida y a fin de serle más fiel de lo que he sido hasta ahora. Te escojo hoy, en presencia de toda la corte celestial, por mi Madre y Señora; Te entrego y consagro, en calidad de esclavo, mi cuerpo y mi alma, mis bienes interiores y exteriores, y hasta el valor de mis buenas acciones pasadas, presentes y futuras. Dispón de mí y de cuanto me pertenece, sin exce pción, según tu voluntad, para la mayor gloria de Dios en el tiempo y la eternidad.
226. Recibe, ¡oh Virgen benignísima!, esta humilde ofrenda de mi esclavitud; en honor y unión de la sumisión que la Sabiduría eterna ha querido tener para con tu maternidad; en honor del poder que ambos tenéis sobre este gusanillo y miserable pecador, y en acción de gracias por los privilegios con los que la Santísima Trinidad ha querido favorecerte. Protesto que de hoy en adelante quiero, como verdadero esclavo tuyo, buscar tu honor y obedecerte en todo.
227. ¡Oh Madre de misericordia! Alcánzame la verdadera Sabiduría de Dios, colocándome para ello entre aquellos a quienes amas, enseñas, diriges, nutres y proteges, como a tus verdaderos hijos y esclavos. ¡Oh Virgen fiel! Haz que yo sea en todo tan pe rfecto discípulo, imitador y esclavo de la Sabiduría encarnada, Jesucristo, tu Hijo, que logre llegar, por tu intercesión y a ejemplo tuyo, a la plenitud de su edad sobre la tierra y de su gloria en el cielo.
Así sea.
El que pueda con eso, que lo haga .
Quien sea sabio, que lo entienda,
quien sea inteligente, que lo comprenda
St Louis Grignon de Montfort 1673-1716